El ayer y hoy de nuestro lugar favorito en verano. «El chiringuito»

 

chiringuito playa de sanlucar de barrameda

Chiringuito playa de Sanlucar de Barrameda

A pesar de  la polémica, ya que son muchos los puntos de España que reclaman ser el primer  lugar donde surgió el  chiringuito,  las fechas dejan poco lugar a la duda. El primer establecimiento con características semejantes a lo que hoy se considera un chiringuito se instaló en la arena de la Costa del Sol, aunque entonces no existiera esta denominación y ni siquiera estuviera de moda la palabra chiringuito. Fue la Gran Parada, merendero inaugurado en 1882 por el espetero Miguel Martínez Soler en El Palo (Málaga).

En 1882, Miguel Martínez Soler creó un merendero: la Gran Parada. Un lugar de paso, un chiringuito emblemático de la ciudad al que acudirían gran cantidad de malagueños. Entre ellos, algunas celebridades del momento.

La Gran Parada, un lugar de paso, un chiringuito emblemático de la ciudad al que acudirían gran cantidad de malagueños. Entre ellos, algunas celebridades del momento.

No tardó en convertirse en un local llamado a la leyenda ya que pasaron ilustres personaje de la época como  Anita Delgado, la futura maharaní de Kapurthala,  Su Majestad Alfonso XII, al que Miguel Martínez Soler se dirigió para explicarles que los espetos de sardinas se comían con los dedos y no con cuchillo y tenedor, costumbre que perdura hasta nuestros días.

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Chiringuito en Marbella Trocadero Arena

Desde entonces hasta nuestros días la evolución de los chiringuitos ha sido imparable existiendo auténticos oasis rodeados de arena que nada o poco tienen que ver con sus humildes comienzos.

No hay nada que combine mejor con el verano que una buena comida en un chiringuito al borde del mar.La verdad que existen autenticas maravillas a las que yo no me atrevo a denominar chiringuitos ya que son autenticos lugares llenos de glamours y alta gastronomía con buen ambiente tanto diurno como nocturno al que podemos acompañar con una impresionante variedad de cocteles para terminar el día.

“Si no te presentas a tu reserva en tu restaurante ten la educación de comunicarlo o la pagaras”.

Sant Celoni - Restaurant

Hacer reservas en restaurantes es algo normal, pero también se está convirtiendo  en algo corriente el hecho de que haya gente que efectúa una reserva y luego no aparece, con el consiguiente perjuicio para el restaurante,‘lucro cesante”,que  como pueden comprender, es directamente proporcional al número de plazas reservadas.

Se estima  que por cada reserva hecha en los restaurantes, cerca de un 20% tiene como resultado una mesa vacía.

En un sector que para salir de la crisis se ve obligado a ajustar sus márgenes, se trata de un tipo de riesgo que los restaurantes no pueden darse el lujo de asumir.

Las reservas son cómodas para el cliente y pueden, a veces, atraer más clientes al restaurante porque eliminan el tiempo de espera.

La reserva hay que interpretarla como un compromiso que el consumidor asume con el establecimiento: porque valora el chef, su propuesta gastronómica, el entorno, sus características….Si, en algún momento, él decide que no asistirá al restaurante donde hizo la reserva, y que irá a otro, él simplemente incumple el compromiso establecido, si a eso sumamos la no puesta en conocimiento al establecimiento, para que pueda dar salida a esa reserva, crea un  un perjuicio economico que no tiene compensación

Ante esta situacion algunos restaurantes ya han empezado a combatir la no comparecencia, solicitando una señal o arras, o el número de tarjeta, sistema que están implantando algunos de los centros de culto gastronómico de España (Quique Dacosta, Albert Adria en  41ª, Tickets….). “ Al hacer la reserva, se cargará en su tarjeta de crédito el importe de 50 euros por comensal. Éste importe se descontará de la cuenta el día de la Experiencia y no será devuelto en caso de anulación. Es más una medida disuasoria. El baremo, de los 50 Euros por comensal  me parece muy bien. Sobre todo, insisto, en mesas de más de cuatro comensales. Una mesa de seis o más comensales  rompe los esquemas de cualquier restaurante, obliga a modificar la distribución,  los camareros.. (no es lo mismo servir a seis  personas en tres mesas independientes que a todos en la misma y al mismo tiempo).

 Aunque la mayor parte de los consumidores no considere justo que se les cobre por la comida que no consumieron, «para los dueños de restaurante, su negocio tiene que ver no solo con comida sino  también con espacio»,  una forma de explicarlo sería interpretar el funcionamiento de su restaurante como venta de espacio, y no de alimentos, porque si alguien ha hecho una reserva, eso significa que la persona ha comprado ese espacio, por lo tanto tiene sentido cobrar una tarifa de no comparecencia por el valor de una comida. Aunque el cliente no haya consumido la comida, cuando hace una reserva, ya consumió la mesa.

Muchos restaurantes podrían maximizar los beneficios recurriendo a una solución que combina la penalización del cliente que no comparecen  a la reserva hecha y recompensar a aquel que asisten, recurriendo a un  sistemas de incentivos para estimular a las personas a que acudan, por ejemplo  dando descuentos a los clientes que asisten y ofrecer, inclusive, diferentes niveles de descuentos dependiendo de la demanda o la franja de un horario específico.

Basemos nuestro comportamiento en la empatia «no hagas lo que no te gustaria que te hicieran».